¿Puede una idea transformar tu vida?
Ya lo creo que sí. No sabrás de dónde vendrá ni cuándo llegará, pero una sola idea puede cambiar tu percepción de la realidad, de lo que es posible y liberar, con ello, tu potencial de las ataduras autoimpuestas del pasado.
Normalmente no se trata de algo inmediato, “conozco la idea y me transformo”, sino que, según mi experiencia, suele ser algo que crece de forma paulatina dentro nuestro hasta que llega un momento en el que ya no hay forma de detenerlo.
Si has visto la película Origen (Inception) te puedes hacer una idea, pues es algo similar: se introduce la idea, crece, arraiga en nuestro cerebro y toma el control, alterando nuestra voluntad y convirtiéndonos en alguien nuevo.
“Una sola idea de la mente humana puede construir ciudades. Una idea puede transformar el mundo y reescribir todas las reglas”.- Dominic Cobb (Leonardo DiCaprio en Origen).
Las ideas son semillas que pueden crecer y alterar el curso de las personas, y del mundo por extensión, para bien o para mal. Es por ello que es tan importante recibir y promover la difusión de ideas positivas, por nuestro bien y el de todos.
Yo hoy quiero aportar a la causa mi granito de arena. Voy a compartir contigo 7 sencillas ideas que un buen día entraron en mí, crecieron, arraigaron en mi cerebro y me convirtieron en alguien nuevo, alguien mejor. Lo puedo decir: me transformaron.
De igual modo que lo hicieron por mí, ahora pueden hacerlo por ti, si les dejas. Estas son:
1. Todos en Esencia Somos Iguales
Las diferencias entre unas personas y otras son mínimas. Somos todos tan parecidos como gotas de agua. Hace unos días leí que el ser humano comparte con el chimpancé el 99% de la información genética. Bien, si tan sólo nos diferenciamos del chimpancé en un 1%, imagínate ahora cuán poco nos diferenciamos entre nosotros. Nada, prácticamente.
Por lo tanto, si de base todos somos iguales, o prácticamente iguales, no hay excusas. No hay una diferencia de capacidad sino de actitud. La actitud lo es todo en esta vida.
Esta idea cobra todavía más relevancia si la juntamos a una segunda idea, la siguiente:
2. Si Otro Puede, Tú Puedes
Si todos en esencia somos iguales entonces todos estamos capacitados para lograr lo mismo. Sea lo que sea lo que otro haya conseguido está a tu alcance, si estás dispuesto a luchar por ello.
Esta idea te convierte en alguien imparable. Nada ni nadie te podrán detener, si tú no quieres. ¿Cómo funciona? Cuando aspires a conseguir algo y lo veas muy lejano, casi como un sueño imposible, busca a alguien que ya lo haya conseguido (cualquier persona del mundo, del pasado o del presente) y dite a ti mismo: “Si tú lo has conseguido, ¿por qué no voy a conseguirlo yo? Tú y yo en esencia somos iguales, por lo que nada que tú tengas o consigas me estará vedado”.
Recuerda, lo que marca la diferencia entre personas no es su capacidad de base, que es prácticamente igual, sino su actitud. Si tienes la actitud, la mentalidad y las ganas de luchar todo está a tu alcance. ¿El siguiente paso? Ampliar constantemente tu conocimiento y ponerlo en práctica día sí y día también.
El conocimiento guía tus pasos; la actitud hace que avances a pesar de los obstáculos y de las circunstancias; la disciplina y el trabajo son los pasos que te mueven. De faltar uno los otros dos se vuelven inútiles. En cambio, los tres juntos hacen milagros, convierten lo imposible en posible.
3. Si No Te Gusta Hacia Donde Te Diriges, Cambia de Rumbo
¿Hacia dónde te diriges? No hacia donde te gustaría dirigirte, sino hacia donde te diriges, de verdad. El ser humano es la única especie que puede mirar hacia el futuro. Y diría más, es el único que puede ver el futuro. Sí, ver el futuro.
Dime qué haces con tu tiempo, dime los resultados que obtienes de su uso, dime qué planes tienes para mañana y te diré adónde te diriges y dónde terminarás probablemente. Esto no es ningún don, es, como digo, una capacidad que todos los seres humanos tenemos.
Nuestros pasos dejan huellas. No es difícil proyectar una dirección basándonos en los pasos que ya hemos dado, en los que estamos dando en estos momentos y en los que planeamos dar mañana. Eso es ver el futuro.
Examina tus resultados y proyéctate a 5 años vista. ¿Dónde estás? ¿Te gusta lo que ves? Si la respuesta es “no”, es hora de cambiar de rumbo.
Para iniciar un cambio sólo necesitamos una cosa: una decisión.
Si tú decides cambiar, el cambio ya se ha iniciado. Esta es una idea poderosa. “Hoy voy a dejar de fumar”; “hoy empiezo a entrenar”; “hoy empiezo a leer al menos media hora cada día”; “hoy inicio mi negocio”; “hoy se inicia una nueva vida, hoy cambio de rumbo”.
Una nueva vida se inicia con la chispa de tu decisión. Pero la decisión no es suficiente para que el cambio se materialice, necesitas que la chispa se convierta en fuego, en un fuego que nunca se extinga, a pesar de las adversidades que se presenten en su camino. ¿De qué hablamos? En una palabra: disciplina.
Por lo tanto, el cambio es posible si hay decisión (el cambio empieza) y disciplina (el cambio se va materializando con tiempo y esfuerzo).
¿Cómo cambio de rumbo? Decide tu nueva dirección. Márcate unos objetivos claros. Haz un plan para llegar a ellos. Lucha cada día remando en esa dirección. Así de simple, así de difícil.
4. Si Ayer Pude, Hoy Puedo y Mañana Podré
Si lo has hecho una vez podrás hacerlo dos, tres, cuatro y las que sean necesarias. Si antes hemos visto como el ejemplo de otros nos hace creer en nuestra capacidad, ahora se trata de creer en nosotros mirando a nuestros logros pasados. Es algo así como: “Si yo pude, entonces ahora y siempre podré. Yo soy el mismo, por lo tanto puedo volver a conseguir lo ya conseguido“.
La primera vez que conseguí una matrícula de honor durante la carrera algo cambió en mí. Me dije: “Si he podido hacerlo una vez puedo hacerlo todas las veces que quiera, siempre y cuando lo quiera de verdad”. Así fue, lo conseguí en todas aquellas asignaturas que me lo propuse de verdad. Lo mismo es aplicable a cualquier esfera de tu vida. Si pudiste, puedes y podrás, siempre y cuando lo quieras de verdad y luches por ello, HASTA que lo consigas.
Poderosa palabra: Hasta. Lo intentaré HASTA que lo consiga.
De pequeño probaste a mantenerte de pie hasta que lo conseguiste, probaste a andar hasta que lo conseguiste, probaste a hablar hasta que lo conseguiste, probaste a leer hasta que lo conseguiste, probaste a escribir hasta que lo conseguiste. Pues bien, lo mismo debe ser hoy en tu vida adulta con las cosas que te importan de verdad. Hazlo hasta que lo consigas.
5. No Te Conformes con Hacerlo Igual que Ayer, Hazlo Mejor
El que se conforma con hacer las cosas igual que ayer no progresa, y el que no progresa acostumbra a retroceder. Cada vez que vayas a repetir una acción que ya hayas hecho en el pasado dite a ti mismo: “Hoy lo voy a hacer mejor que la última vez”. Da igual que la última vez ya lo hubieras hecho muy bien, pues todo siempre es susceptible de mejora, siempre podrás mejorar el resultado pasado. Cada día debes aspirar a mejorar lo ya conseguido.
No hace falta que de un día para otro se produzcan grandes avances. Con que mejores tan sólo un poco en cada intento es suficiente para conseguir, con el tiempo, cambios asombrosos en tus resultados. Paso a paso, detalle a detalle, pero siempre a mejor.
No tienes excusa para no conseguirlo, pues hoy estás más preparado que ayer, tu capacidad es mayor porque has aprendido de tu experiencia acumulada. Así que si no lo consigues no es por falta de capacidad, sino por falta de actitud y de trabajo. Lo ves, de nuevo la actitud y la disciplina marcan la diferencia entre unos y otros, entre el conformismo y el inconformismo, entre el éxito y el fracaso.
6. No Gastes, Invierte
No gastes en comprar cosas que quieres. En vez de eso, invierte en activos que generen los ingresos que te permitan comprar lo que quieres.
Yo no gasto dinero, invierto. Invierto en activos que generan ingresos que me permiten o me permitirán comprar lo que quiero. Y lo mejor de todo, comprado lo que quiero, el activo sigue ahí generando ingresos, creando abundancia en mi vida en vez de escasez.
7. Distánciate del 95% de la Población
97%, 98%, 95%, tanto da. Aléjate de las mayorías y pasa a formar parte del 5% restante. No te estoy pidiendo que te alejes físicamente, aunque es cierto que te conviene rodearte de personas que formen parte de ese 5% restante de la población. Aquí estamos hablando de no imitar las conductas, los hábitos, las aspiraciones, las excusas, las actitudes de esa mayoría.
- ¿Cuánta gente mira la televisión cada día? El 5% NO lo hace.
- ¿Cuánta gente aspira a un trabajo estable por cuenta ajena? El 5% NO lo hace.
- ¿Cuánta gente no lee buenos libros al menos media hora al día todos los días? El 5% SI lo hace.
- ¿Cuánta gente destina cada mes un porcentaje de sus ingresos a formación continuada, tanto profesional como personal? El 5% SI lo hace.
- ¿Cuánta gente se queja todos los días de su mala fortuna o de sus circunstancias? El 5% NO lo hace.
- ¿Cuánta gente culpa a otros de sus problemas y no se hacen responsables de su situación actual? El 5% NO lo hace.
- ¿Cuánta gente dedica al menos un rato cada semana a analizar su vida y planificar su futuro? El 5% SI lo hace.
- ¿Cuánta gente se esfuerza por mejorar sus habilidades comunicativas? El 5% SI lo hace.
- ¿Cuánta gente lucha por sus sueños, pero los de verdad, y no simplemente por amasar fama, fortuna y poder? El 5% SI lo hace.
Y así me podría pasar un buen rato, pero no lo haré, porque la idea queda clara. No imites a las mayorías, desconfía de ellas, pues seguramente lo que hacen o cómo lo hacen no te conviene. Arrímate y aprende del 5%, de los que luchan por sus sueños, de los que no se arredran ante las adversidades, ni culpan a otros de su situación, y, en definitiva, de los que viven la vida según sus propios términos.
¿Quieres vivir según tus propios términos? Únete al 5%.
Aquí tienes, 7 ideas que transformarán tu vida, si les dejas. Conmigo lo hicieron y por eso hoy estoy aquí contándotelas, porque confío en que te servirán a ti también y a todo aquel que esté dispuesto a darles entrada en su vida. Si tú también crees en el valor de estas ideas, por favor, comparte este artículo en Twitter y Facebook clicando los botones de abajo.
Por supuesto, el proceso de búsqueda, aprendizaje e interiorización de ideas no termina aquí, justo empieza. Las ideas nos hacen evolucionar como personas, por ello, si queremos evolucionar para bien vamos a necesitar descubrir, aprender e interiorizar cuantas más buenas ideas mejor.