En medio de la silenciosa noche en la montaña antioqueña, algunos campesinos escucharon los «gritos y llamados de socorro» de los sobrevivientes del vuelo que transportaba al equipo brasileño de fútbol Chapecoense.
Fueron ellos, dijeron las autoridades este miércoles, quienes se comunicaron con los equipos de rescate para que se movilizaran al lugar donde se había estrellado el avión de la aerolínea boliviana Lamia, a pocos kilómetros de Medellín, Colombia.
Aunque las causas del trágico accidente del lunes en la noche siguen bajo investigación, Aeronáutica Civil de Colombia confirmó un primer dato: la aeronave no tenía combustible en el momento del impacto.
Lo supieron con certeza al inspeccionar los restos del avión en el lugar del accidente, aseguró el coronel Freddy Bonilla, secretario de seguridad de la Aeronáutica Civil de Colombia.
«Por lo tanto iniciamos un proceso de investigación para esclarecer por qué la aeronave no contaba con gasolina en ese momento», dijo la autoridad.

Y estas teorías tomaron fuerza a partir de un audio entre el piloto de la aeronave, Miguel Quiroga, y la torre de control divulgado por los medios locales este miércoles.
En él, Quiroga manifestó tener problemas de combustible y una «falla eléctrica total».
Sin embargo, las autoridades advirtieron que la grabación estaba «editada» y era «inexacta en sus tiempos».
El Chapecoense se encontraba en camino a Medellín para disputar la final de la Copa Sudamericana frente al Atlético Nacional.
Las cajas negras
El análisis de las cajas negras en contraste con lo conversado entre el tráfico aéreo y la aeronave serán las evidencias necesarias para concluir por qué se precipitó el avión con matrícula boliviana.
Pero para ello habrá que esperar unos días, añadió el coronel Bonilla.

Sobre El Autor

Periodista: director de los programas El Café Mañanero y Latino Deportes de Latino FM.