El Valencia CF cayó derrotado en el estadio Vicente Calderón ante el Atlético de Madrid por 3-0, en un muy flojo partido de los blanquinegros, de nula intensidad y competitividad, de graves errores defensivos, de poca ambición ofensiva y de clara superioridad local de principio a fin. En ningún momento se vio al conjunto de Mestalla sobre el césped y fue una sombra de anteriores partidos.
El Atlético salió muy fuerte, concentrado y muy listo. Así, un robo de balón en el centro del campo permitió a Koke crear un contragolpe muy peligroso culminado por Griezmann en el minuto 9 de un zapatazo raso. Lo peor que le podía suceder al Valencia CF, ya que los locales, con el marcador a favor, todavía son más difíciles de superar. Un equipo que lleva muchos años con una idea y que tiene todo automatizado, pases, sistema y contundencia.
Pasado el cuarto de hora y después de una entrada de Gabi a Carlos Soler que Estrada Fernández no penalizó con tarjeta amarilla, sí que vio cartulina a Enzo Pérez tras una pelea por el balón con Carrasco. Una decisión importante para el devenir del choque, ya que mientras el mediocentro atlético se quedó sin castigo, sí que lo tuvo el blanquinegro, con lo importante que es el ‘8’ blanquinegro para la destrucción del juego colchonero.
El ‘concierto arbitral espoleó a los de Voro que se acercaron en un centro de Parejo que Zaza, en el segundo palo, no supo acertar con el remate de cabeza. El italiano se lamentó de su fallo, porque era consciente de que podía haber hecho más. Eso sí, el Atlético aprovechaba siempre que podía los errores en el pase de su enemigo para armar acciones de peligro. En una de ellas, al filo de la media hora, Gameiro se adelantó a Garay aunque sin encontrar el marco de Diego Alves.